NUEVOS VIENTOS EN AMÉRICA LATINA
“Algo
se está gestando, lo siento al respirar, es como una voz nueva, que nos reunirá”
ARCO
IRIS (“Sudamérica o el regreso de la
aurora”
En los setenta, el grupo de rock argentino Arco Iris, que
integraban –entre otros- Ara Tokatlian y Gustavo Santaolalla, cantaba esas
estrofas.
Hoy, a cuarenta años vista, Santaolalla es un famoso músico,
productor y compositor y esa voz nueva, parece resurgir en América Latina.
Dilma Roussef que por entonces era una perseguida política
en Brasil, hoy es la presidente de ese país. Lula, era un sindicalista
combativo y hoy es un reconocido estadista. Pepe Mujica integraba la conducción
del MLN Tupamaros y hoy preside Uruguay. Néstor Kirchner y Cristina Fernández
militaban en la FURN (Federación Universitaria de la Revolución Nacional) y ya
sabemos de ellos, hoy. Y de su legado, en el caso de Néstor.
El 1º de mayo próximo pasado, Evo Morales nacionalizó una
empresa de electricidad, que al igual que Repsol YPF solo usaba la compañía
eléctrica, para la especulación financiera.
Recientemente el presidente venezolano Hugo Chávez, anunció que quiere
sacar a su país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pero
ello implicaría abandonar automáticamente la Organización de Estados Americanos
(OEA), resaltan fuentes oficiales y expertos en Washington. La CIDH parece
defender muchas veces lo que son los derechos humanos que “convienen” a USA y
nunca se ha detenido a analizar, por ejemplo, las violaciones a los derechos
humanos en Guantánamo o el bloqueo a Cuba. ¿Es que algunos humanos merecen se
respeten sus derechos y otros no? Tal vez esa actitud de Venezuela, sirva para
pensar si el resto de América Latina debe seguir en la OEA. No puedo negar que
la presencia de la CIDH en Argentina, durante la dictadura tuvo alguna utilidad,
pero muchas veces supo mirar para otro lado.
Prácticamente todos los gobiernos latinoamericanos aplaudieron la iniciativa
del gobierno argentino de nacionalizar YPF, apoyada el jueves en el congreso
con el voto de 207 diputados oficialistas y del arco opositor. Uno de los pocos
críticos fue el presidente mexicano Felipe Calderón, que ya sabemos donde se
ubica ideológicamente a hablando. Y como sus políticas, en nada benefician al
pueblo mexicano.
En la Argentina, solo el PRO (partido de derecha, liderado por Mauricio
Macri, jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires) se opuso. Bueno, es
lógico, finalmente son amigos de Felipe Calderón, del presidente chileno Piñera
y de los intereses de los monopolios internacionales.
Podemos –y lo somos- ser críticos de ciertas medidas tomadas u omitidas de
los gobiernos de Dilma, de Pepe Mujica, de Chaves, de Raúl Castro o de Cristina,
pero nos alegra que estén soplando nuevos vientos en las tierras de Martí, de
Bolívar, de Artigas, de Tiradentes y de San Martín. Y ojalá se extiendan al terruño
de Pablo Neruda, de Zapata y Pancho Villa.
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