domingo, 25 de mayo de 2014

Historia de amor con trasfondo político


Una increíble historia de amor y de lucha contra el terror y la indignidad.
Historia de amor con trasfondo político - Publicada en Página 12
El director de documentales sobre Miguel Abuelo y Federico Moura decidió esta vez contar cómo se construyó la relación entre David Mazal y Catalina Garraza, quienes se conocieron por carta mientras estaban detenidos por la dictadura, se casaron apenas salieron y siguen juntos.
 Por Oscar Ranzani

David Mazal tenía 19 años cuando se produjo el golpe de Estado. Previamente había militado en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y luego fue miembro de la Juventud Peronista. Catalina Garraza también militaba y junto a su familia fue secuestrada por los represores. Ella era oriunda de San Luis. Cuando su padre conoció a David en la temible Unidad 9 de La Plata, le contó acerca de ella. Y David y Catalina –que estaba detenida en el Penal de Ezeiza– comenzaron a escribirse casi como un juego, pero con el correr del tiempo la relación epistolar fue cada vez más intensa y se enamoraron sin conocerse físicamente. Tenían un código con David para encabezar las cartas: “Llegó la mariposa”. Cuando salieron de prisión, diez días antes del retorno de la democracia, construyeron una pareja que hoy perdura. Sergio “Cucho” Costantino –realizador de Buen día, día, sobre el gran Miguel Abuelo, y de Imágenes paganas, sobre el recordado Federico Moura– escuchó hace unos años en una reunión política la historia de amor de David y Catalina. Y en cinco minutos, según confiesa, “la imaginación empezó a fluir”. “Pensé cómo podía ser que dos personas en un hueco de la más profunda oscuridad sacaran a flote tanto amor. Y eso ya me pareció que merecía una película.”
El resultado es Proyecto Mariposa, documental que narra aquella historia y que podrá verse este sábado y el próximo a las 18 en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (ex ESMA), en carácter de preestreno, con entrada gratuita y con la presencia del director y de los protagonistas. En el film, Costantino entrevista no sólo a David y Catalina sino también a sus familiares. Y también a viejos compañeros de ambos. Ellos cuentan desde cómo empezaron su militancia hasta cómo los secuestraron, pero sobre todo el film indaga en cómo se formó esa relación afectiva en medio de un país atravesado por el terrorismo de Estado. David y Catalina, a través del código mencionado y gracias a las transcripciones del padre de ella, establecieron esa relación epistolar. Entre poemas de Mario Benedetti, ambos sintieron lo mismo durante los ocho años de cautiverio. Y hoy ese sentimiento está intacto.
–¿Es una película política que cuenta una historia de amor o es un film sobre una historia de amor con trasfondo político?
–Es una historia de amor con trasfondo político. No quería faltarle el respeto a la historia de nuestro país: no quise ahondar en temas muy profundos que nos duelen mucho, como la dictadura. Entonces, preferí poner todo eso como un marco. Hay pocos documentales de historias de amor y me parecía interesante abordarlo casi sin recurrir a un archivo. Fue un desafío como cineasta, porque me especializo en hacer documentales de música. Cuando me preguntan: “¿Por qué no seguís con la música?”, digo que estoy en el tren de las películas de música, pero me bajé en una estación que se llama Amor, y esperé el otro tren... Y sigo, porque ahora estoy con una película de folklore. Así que sólo me detuve un año para hacer esta película de amor.
–Es un film sobre dos militantes pero, a la vez, también sobre una generación. ¿Es por eso que incorporó testimonios de viejos compañeros de David y Catalina?
–Sí, porque son el recuerdo de una generación que no debemos olvidar. Siempre está bueno tener la memoria presente. Por eso también me resultaba importante hacer este preestreno en el espacio de la memoria y viendo desde otro lugar lo que nos pasó. En este caso, puse mi mirada en un hecho muy aislado que tiene que ver con la dictadura, con esa época política, pero con las emociones de dos personas que pensaban cambiar el mundo con sus ideales y que, al final, cambiaron sus propios mundos.
–¿Por qué la historia de David y Catalina está más contada por sus familiares que por ellos mismos?
–La misma historia me fue llevando a que los familiares eran también protagonistas. Tanto la hermana de David como la mamá, y toda la familia de Lina (que también estuvo detenida) son partícipes de esta historia. Todos fueron cómplices de esta historia de amor. Digo cómplices en el mejor sentido de la palabra, de callarse la boca porque en la prisión nadie podía saber que ellos se escribían. Entonces, por medio del papá de Lina escribían las cartas y me parecía clave que estuvieran los familiares que participaron de todo esto y que ayudaron a que la relación fuera una realidad.
–¿Ese juego afectivo del intercambio epistolar les permitía soportar con esperanza una realidad opresiva?
–Sus cartas están cargadas de esperanza.
–¿Cómo fue el proceso de selección de tantas cartas que se leen en el documental?
–A veces, el documental es visto como el hermano menor de la ficción. Tiene otro carácter, incluso es visto así desde la industria y por el público. Y yo pienso todo lo contrario. Hacer un documental es una locura. Es un rompecabezas infinito porque, a veces, tenés doscientas horas de material y tenés que llegar a una. En este caso, me encontré con una caja que contenía cuatrocientas cartas con una letra ínfima que no entendía. Entonces, extracté frases y armé un relato propio porque las cartas que se cuentan en la película no son una detrás de la otra. Por ahí, una era de mayo del ’80 y la que le sigue era de octubre del ’81. Entonces, tuve que ir seleccionando, y ese trabajo fue casi japonés. Me llevó mucho tiempo, pero también me apasiona. Así que fue muy laborioso. Estuve casi dos años trabajando la película. Y uno escucha las palabras de esas cartas (que no están leídas por ellos sino por dos actores) y todas esas palabras llevaron horas, días y meses de trabajo personal.
–¿Por qué a David y Catalina no se los ve juntos, excepto cuando se toman de la mano al final?
–Si bien son dos individuos a quienes los une una familia y una historia de amor, preferí trabajar con cada uno particularmente para que no estuvieran sugestionados por la palabra del otro. Si entrevistaba a Lina antes de a David, podría haber un condicionamiento. Preferí que fueran libres en sus pensamientos. Esta es una historia que ellos vienen repitiendo hace treinta años. Hice un trabajo muy detenido con cada uno, inclusive no fue una sola entrevista sino varias. Encontraba los momentos en que Lina estaba libre y nos íbamos a un parque; también estuvimos en San Luis. Y separé momentos de la historia con cada uno. Cuando hacés un documental, tenés que encontrar el punto justo, la palabra exacta y profunda de lo que buscás, no lo que repiten siempre. Eso me llevó muchos encuentros, muchas comidas. Logré una amistad y una vez que estaba cada persona abierta me fui con cada uno. Y a cada uno le dije: “Hoy, vamos a hablar de tal tema. Mañana, tal otro tema”. Quedó así y, al final, me parece que está bien.

Ni medio pelo de zonzo

Excelente artículo sobre Arturo Jauretche, publicado en Página 12

El 25 de mayo de 1974 moría uno de los personajes más originales y agudos que crió esta tierra. Del conservadurismo al radicalismo rebelde, y luego al peronismo, Jauretche ayudó a formar el pensamiento nacional y hasta creó la palabra “vendepatria”.
 Por Sergio Wischñevsky

El 25 de mayo de 1974, hace hoy cuarenta años, falleció Arturo Martín Jauretche. De él también puede decirse que “hoy su cara está en todas las remeras, es un muerto que no para de nacer”. Mucho más citado que leído, tal vez porque sus frases eran como estiletazos certeros, capaces de condensar en una máxima de estilo gauchesco un pensamiento complejo y vital. Tal vez porque su defensa de la lucha con alegría conseguía contagiarla. “Nada grande se puede hacer con la tristeza.”
Nació el 13 de noviembre de 1901 en Lincoln, provincia de Buenos Aires. Inició su militancia en el Partido Conservador, una experiencia que él mismo relató diciendo que contrariamente a muchos “me subí al caballo por el lado derecho y me bajé por el izquierdo”. Su sensibilidad política poco afecta a abstracciones doctrinarias lo llevó a militar en la UCR de Hipólito Yrigoyen, donde vio una política concreta de inserción popular. Pero su carácter y manera de comprometerse se evidenciaron en el momento del golpe de Estado de 1930 que lo encontró, fusil en mano, defendiendo al gobierno constitucional. Se alistó en grupos de sabotaje a la dictadura y en 1933 tomó parte en el alzamiento de los coroneles Roberto Bosch y Gregorio Pomar en el Paso de los Libres, Corrientes. Tras la derrota de la rebelión fue encarcelado y en prisión escribió su versión de los episodios en forma de poema gauchesco. Lo publicó en 1934, con prólogo de Jorge Luis Borges, también radical pero con quien resultó inexorable el alejamiento.
El radicalismo conducido por Marcelo T. de Alvear con una política integrista con el régimen decide participar de las elecciones de 1939, boicoteadas por la UCR. Un grupo verdaderamente notable de jóvenes se aleja del partido y empieza a desarrollar una visión novedosa de la Argentina. Junto con Homero Manzi, Luis Dellepiane, Gabriel del Mazo, Manuel Ortiz Pereyra y otros fundó Forja, la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina a la que más tarde se acercó Raúl Scalabrini Ortiz. Forja desarrolló los lineamientos de un nacionalismo democrático y popular, opuesto a la vez al nacionalismo conservador de los sectores reaccionarios y a la política liberal del gobierno de Agustín P. Justo.
Marginados de la esfera política partidaria, los actos de Forja se realizaron sobre todo a través de manifestaciones callejeras y publicaciones de edición propia, los Cuadernos de Forja. Allí desarrollaron un pensamiento nacional antiimperialista, enfocado en la denuncia de hechos concretos como los mecanismos por los que el Banco Central fue creado para que los bancos ingleses supervisaran y controlaran nuestra economía. O las inolvidables investigaciones sobre la matriz de los ferrocarriles argentinos al servicio de la exportación a las metrópolis y no de la integración nacional. No es que hayan descubierto la dominación extranjera, el tema es que Forja la planteó desde un ángulo diferente al que la izquierda lo venía haciendo. “Las disputas de la izquierda argentina son como los perros de los mataderos: se pelean por las achuras, mientras el abastecedor se lleva la vaca”, dijo Jauretche en una ocasión con ese estilo de polemista inigualable.
Siempre crítico y lúcido, adhirió al peronismo desde el 17 de octubre de 1945. Para él y varios de sus compañeros la llegada de Juan Domingo Perón al poder constituyó de alguna manera un triunfo personal. “Las multitudes coreaban las consignas por las que habíamos luchado toda una vida”, recordó años después. Jauretche construyó un fuerte vínculo con Domingo Mercante, gobernador de la provincia de Buenos Aires, y estuvo próximo al programa económico de Miguel Miranda, que promovió un proyecto de industrialización acelerada fomentado por el Estado, con la idea de emplear los excelentes réditos del modelo agroexportador durante la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial para transformar el perfil productivo del país.
Jauretche fue nombrado en el estratégico puesto de presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires en 1946, cargo desde el cual desarrolló una política crediticia generosa con los proyectos de industrialización, en la convicción de que el país agroganadero y dependiente podía transformarse. Se quedó hasta 1951, cuando la Comisión Visca criticó que el banco había otorgado un crédito de 216 millones de pesos al diario La Prensa para comprar una rotativa. Ante esta situación enojosa decidió alejarse. Disgustado con el rumbo del gobierno en su última etapa deslizó críticas pero continuó apoyando, con la convicción de que la alternativa al peronismo no era otra que la “reacción oligárquica”.
Efectivamente, el golpe de Estado de 1955 confirma sus ideas. Su sobrino Ernesto Jauretche recuerda que al saber de la huida de Perón, su tío estaba furioso y vociferaba: “¡Hijo de puta, cobarde de mierda, nos deja solos!”.
A partir de la desolación y el aislamiento en los siguientes años comenzó su etapa intelectual más productiva. La idea que guió siempre sus intervenciones era la de descorrer los velos y ahuyentar las leyendas que ocultan la naturaleza de los padecimientos argentinos. Esta etapa arranca con libros de denuncia como El Plan Prebisch y el retorno al coloniaje y los artículos publicados en 1962 en Democracia, que luego conformarían su póstumo Política y Economía. Con la misma virulencia apasionada, quebró mitos en el campo de la cultura con sus análisis sobre Borges, Sarmiento, Martínez Estrada, Beatriz Guido, Victoria Ocampo y tantos otros. En 1966, El medio pelo en la sociedad argentina sacó a relucir con agudeza y sobre todo con gran humor el prototipo de comportamiento y pensamiento que hunden a la clase media argentina en una veneración por sus amos. Revelaba así un modelo de pensamiento que él denominó “sociología con estaño”, más veraz que la aportada por los sociólogos del sistema.
Con el agregado de “La Yapa” a la reedición de Los profetas del odio –gran título, pleno de actualidad– avanzó en un implacable análisis del sistema de la enseñanza, en sus diversos niveles, del mundo de las academias y los prestigios oficiales. Estas críticas al pensamiento de la clase dominante, convertido por la escuela y “los medios” en “el sentido común”, reaparecen luego en sus polémicas y se coronan, sistematizadas, en su genial Manual de Zonceras Argentinas publicado en 1968, en vísperas de la gran explosión de la política argentina. Esta obra fue uno de los instrumentos principales de la “nacionalización” de los sectores medios, fenómeno que jugó un rol importantísimo en las luchas políticas de fines de los sesenta y principios de los setenta.
El Manual es un listado de ideas negativas sobre el propio país que generalmente tenemos los argentinos. Estas, afirmaba Jauretche, habrían sido introducidas en la conciencia de todos desde la educación primaria y sostenidas posteriormente por medio de la prensa. Frases como la sarmientina “El mal de la Argentina es la extensión”, más la dicotomía “civilización o barbarie”, eran para Jauretche la madre que parió a todas las zonceras y llevan a la limitación de las posibilidades de la Argentina de realizarse en forma autónoma. De sus mil batallas, ésta, la de tener un pensamiento nacional, acaso sea la más interesante, sencilla y profunda. “Pensar en nacional”, dado que “lo nacional es lo universal visto por nosotros”. Todo lo contrario de un pensamiento estrecho y localista.
En esta época adhiere a la experiencia de la CGT de los Argentinos, donde tiene la oportunidad de dar cientos de charlas y conferencias a los trabajadores.
La asunción de Héctor Cámpora a la presidencia un año exacto antes de su muerte lo encontró lejos de reconocimientos oficiales y en uso intenso de las “armas de la crítica” que practicó toda su vida y sin ahorrar la “crítica de las armas”.
Un año antes, en 1972, empezó a publicar sus memorias. Su idea era una trilogía, pero sólo salió el primer tomo, De Memoria. Pantalones cortos. La muerte le impidió terminar el proyecto. En una de sus reflexiones dice: “Creo haber sido el inventor de la palabra ‘vendepatria’ o por lo menos de su divulgación inicial desde el semanario Señales. El uso de la expresión ‘oligarquía’ en la acepción hoy popular, así como las expresiones vendepatria y cipayo, las popularicé desde el periódico Señales y en otros de vida efímera en los años posteriores a la revolución de 1930”.
La Ley 25.844 de 2003 instituye el 13 de noviembre como Día del Pensamiento Nacional en homenaje al nacimiento de Arturo Jauretche. En aquellos años pudo haber dicho junto a Charly García, “mientras miro las nuevas olas yo ya soy parte del mar”.

sábado, 19 de abril de 2014

Otro 19 de abril

Hoy se cumple un nuevo aniversario del levantamiento del Güetto de Varsovia, una verdadera gesta por la dignidad, cuando un conjunto de jóvenes hambrientos, armados con bombas caseras y escopetas de caza, al mando de Mordejai Anilevich, enfrentaron al entonces poderoso ejercito nazi.¡No olvidar, no perdonar!

El Gabo y el Che


 Por Emir Sader
Para PAGINA 12

A Gabo siempre le gustaba reiterar que, como periodista –profesión que él siempre reivindicó–, su más grande frustración era que no podría dar la noticia más importante de su vida. Pero la verdad es que la más importante de su vida no ha sido la dolorosa noticia de 2014, ni tampoco el glorioso Nobel de Literatura de 1982, sino el lanzamiento de Cien años de soledad, en 1967.
En el siglo XX, América latina tuvo un gran protagonismo a escala mundial. Iniciado, políticamente, con la masacre de los mineros chilenos en la Escuela Santa María de Iquique, en 1907 y, tres años más tarde, con la Revolución Mexicana, se anunciaba que sería un siglo de revoluciones y contrarrevoluciones. El marco definitivo de esa trayectoria vendría con la Revolución Cubana de 1959.
Pero 1967 fue un año simbólicamente determinante para la historia del continente y para su proyección mundial. Es el año de la publicación de la obra más importante de nuestra literatura –Cien años de soledad–, pero también porque es el año de la muerte del Che. Una, la más grande opera prima de la literatura latinoamericana, otro, el personaje cuya gesta llevó a que su imagen se transformara en la más reproducida en el mundo.
No hay nadie que haya leído Cien años de soledad y que no se acuerde de las circunstancias –dónde, cuándo, con quién, en qué edición– en las que leyó por primera vez el libro. Como no hay nadie que haya vivido en aquel no tan lejano 1967 que no se acuerde de cuándo, dónde, con quién supo de la noticia dolorosamente verdadera de la muerte del Che.
El discurso del Gabo al recibir el Nobel de Literatura es la más notable reivindicación de América latina. Allí él afirmó que, al igual que se reconoce a nuestro continente su genial creatividad, originalidad y genialidad en las artes, se debe dejar de intentar imponer desde fuera proyectos políticos hacia nosotros, dejándonos que ejerzamos, de la misma manera en los caminos de nuestra historia, la genialidad, la creatividad y la originalidad que se nos reconoce en el arte.

UN CAFÉ PARA EL GABO II

Una ex alumna me dice: “Profe creo que Gabo se sentiría más tranquilo si no comparte un lugar con 2 ambiciosos como Perón y Néstor... Perón fue el primer presidente q reformó la Constitución para poder ser re electo y Néstor, qué se puede decir d él bueno primero y principal q aseguró la vida d su flia con los fondos d la salud, la educación, etc etc
Y un egresado de Historia agrega: “ Y Menem que fue reelecto y los que lo votaron?.Los 90 la peor década para el país hecho a fuerza de voto. Perón y Néstor los mas hicieron por la Patria y una sociedad inclusiva,para nada desentonan junto al Gabo.”
Entonces me sumo y digo:
Podemos hablar mucho de política y está bueno. Hacerlo como lo harían muchos de estos personajes: con amplitud y mirando más allá del horizonte. Ese cafecito y esas charlas me imagino, donde García Marquez podría preguntarle a Perón ¿por qué después de haber impulsado en más grande proyecto nacional y popular de América Latina entre los 45 y los 70, terminó habilitando a López Rega y sus bandas de asesinos? Y Alcón preguntarle a Kirchner ¿por qué Cristina (y antes él) no fueron formando nuevos dirigentes que puedan sucederlos? Y Gelman consultarle a Perón ¿por qué no hubo, en 1973 otra alternativa que poner a Isabel en la Vicepresidencia? O Gelman, Gabo y los demás, prenderse en una discusión sobre por qué Lula, Dilma, Pepe Mujica, Rafael Correa, Bachelet, Evo o Daniel Ortega -muchos de ellos, entrados en la política mediante prácticas y experiencias profundamente revolucionarias- hoy gestionan gobiernos que muy levemente han producido cambios en la distribución de la riqueza? O debatir sobre la Venezuela de Chavez y Maduro, o sobre los cambios en Cuba desde que asumió Raúl en lugar de Fidel. La vida no es blanco y negro, y la política -diría Perón- es "el arte de lo posible". De eso hablarían en aquel café,-imagino.

La discusión se agranda, la mesa incluye a Gina -la ex alumna- y a Derlis (el egresado de Historia), y se suman Mónica, Anita y Marcelo. Ya son varias las mesitas del café y la discusión mantiene vivos a todos.

viernes, 18 de abril de 2014

GABO GARCÍA MARQUEZ Y LA BARRIADA

Como soy un agnóstico recalcitrante, que en estos días no puede decir "Felices Pascuas" (porque además, me sale -enseguida- la casa está en orden), ni tampoco "Shana Tová" por el Pesaj (la Pascua judía), me imagino una barriada, en algún lugar del universo, donde ciertos tipos se encuentren a tomar un café, a charlar sobre el mundo... Juan Gelman hablará sobre el Atlanta de sus amores y el Gabo sobre la página en blanco. Discutirán con Laclau sobre la "hegemonía y el populismo". Y Alcón les recordará su magnífica interpretación de un diablo criollo en "Nazareno Cruz y el lobo" de Leonardo Favio. Y el marido de Nazarena Vélez, bebiendo su vermouth o un fernet, comentará algo sobre el mundial que se viene. Y puede que allí se trenzen Gelman y García Marquez, uno a favor de Argentina y el otro de Colombia, hoy dirigida por el argentino Néstor Pekerman. Así fluye la vida y de ese modo, prefiero imaginarlos.
Y porque no sumar a ese grupo a algunos mitos argentinos como el Che, Juan y Eva perón, Jauretche, Alfonsín, ... Y tipos y tipas como Batato Barea, Leonardo Favio, Chavela Vargas, Cesaria Évora o Buenaventura Durruti. Y Néstor Kirchner, leería el Clarín, mientras charlara...
Un barrio con cafecitos en las veredas para el verano, llenos de vida. Ese barrio quiero, para quien ya no tendría cien años de soledad.

jueves, 27 de marzo de 2014

Españoles, Suárez ha muerto. Viva España!!

Les recomiendo leer en el Blog de Nacho Rivas "Españoles, Suárez ha muerto. Viva España!!

Pueden leerlo clikeando ese blog, a la derecha de este. 

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