jueves, 27 de febrero de 2014

BLADES Y MADURO

Publicamos este interesante texto sobre la polémica entre el cantautor Rubén Blades y el Presidente Nicolás Maduro:
¡Qué fallo!
                                por Guillermo Rodríguez Rivera

Las verdaderas revoluciones son siempre difíciles. Che Guevara sabía algo de eso y decía que, en las verdaderas, se vence o se muere, porque una revolución no es una tranquila, pacífica obra de beneficencia, como cuando las encopetadas damas de la alta sociedad salen a hacerle caridad a los que no tienen justicia.

Una revolución es un vuelco, una ruptura, un abrupto cambio de perspectiva. Es cuando los oprimidos dejan de creer en que los que mandan –los que los oprimen– tienen la verdad de su lado, y piensan que el mundo puede ser diferente de como ha sido hasta entonces.

Pero claro que los opresores no se resignan a abandonar sus posiciones de dominio y luchan a vida o muerte por ellas, aunque aparentemente, los “otros” sean sus connacionales: enseguida se enajenan de la mayoría del pueblo, porque las revoluciones –no los golpes de estado– siempre son obra de la mayoría.

En un respetuoso diálogo con el presidente venezolano aunque no tanto con sí mismo, el cantautor Rubén Blades, hace años uno de los abanderados de la canción social en América Latina, expone su concepto de revolución:

            Para mí, la verdadera revolución social
            es la que entrega mejor calidad de vida a
            todos, la que satisface las necesidades
            de la especie humana, incluida la necesidad
            de ser reconocidos y de llegar al estadio
            de auto-realización, la que entrega oportunidad
            sin esperar servidumbre en cambio.
            Eso, desafortunadamente, no ha ocurrido
            todavía con ninguna revolución[1].

Ni va a ocurrir en ninguna revolución verdadera, Rubén. No era sino la voluntad de mejorar la calidad de vida de la gente lo que inspiró la Reforma Agraria cubana, que entregó parcelas a miles de campesinos sin tierra y, esencial para procurar mejor calidad de vida, fue la alfabetización cubana de 1961, porque no hay autorrealización sin saber leer– pero enseguida llegaron la invasión de Bahía de Cochinos y el bloqueo económico que es repudiado cada año en la ONU, aunque acaba de cumplir 52.

Me fascina esa idea de que una revolución social “satisface las necesidades de la especie humana”, y claro que eso solo lo hace una revolución cuando se la ve históricamente: no habría democracia ni derechos humanos sin la prédica de los iluministas: sin Voltaire, Montesquieu, Rousseau, pero los que llevaron adelante esas ideas en la práctica social, los que las impusieron como “necesidades de la especie humana” –Danton, Marat, Robespierre , porque las monarquías gobernaban por derecho divino– guillotinaron a la aristocracia francesa que se rebeló contra ellas, la aristocracia que ahogaba en sufrimientos, en miseria los derechos de lossans culottes, acaso los que Evita Perón llamó en su momento “los descamisados” y Martí “los pobres de la tierra”. 

El tiempo ha pasado, nos recuerda Blades, pero los derechistas venezolanos llaman “los tierrúos” a esos pobres sin zapatos que ellos explotan en el siglo XXI. Es imposible que una revolución haga felices a los dos grupos, porque la revolución va a dar justicia, y hacer justicia no es una fiesta de cumpleaños.

Es decir que nunca ha habido una revolución social como entiende Blades que debe ser. ¿Será que él no sabe lo que es una revolución social? Según se deduce de lo que escribe, no lo la sido ni la inglesa, ni la francesa, ni la rusa, ni la mexicana, ni mucho menos la cubana que lideró Fidel Castro. Presumo que tampoco la venezolana de hace doscientos años, pese a que Blades escribe de esa Venezuela que ama como “el pueblo de Bolívar”. Y ¿qué hizo el Libertador? ¿Una tranquila y plácida obra de bienestar social? No gritó Patria o Muerte, sino que firmó un decreto de guerra a muerte para los enemigos de la patria, que eran los de la revolución.

Blades no sólo lo proclama ahora en esa respuesta a Maduro, sino que lo cantaba en sus canciones latinoamericanistas: “de una raza unida, la que Bolívar soñó”. Entonces, ¿el intento de realizar el sueño de Bolívar no es el proceso integrador que emprendió Chávez, y que enfrenta a un imperio que nos quiere divididos, sino que únicamente servirá para mover el culo bailando salsa? Y cantar a voz en cuello: “A to’a la gente allá en los Cerritos que hay en Caracas protégela”. A “to’a esa gente” la protegen, además de María Lionza, los médicos de Barrio Adentro, porque esos que gritan y agreden en las calles no se ocuparon jamás de la salud de los venezolanos humildes.

Tal vez fue María Lionza la que los mandó a bajar de los Cerritos, cuando el golpe de estado de abril de 2002, para sitiar el ocupado palacio de Miraflores y exigir el regreso del presidente que habían elegido.  No te dejes confundir, Blades, “busca el fondo y su razón”, y trata de entender las revoluciones de la historia, no las que soñamos para tranquilizarnos.

Para Blades, el programa político del chavismo “obviamente no es aceptado por la mayoría de la población”. Lo que quiere decir que la mayoría que eligió a Maduro, no lo es.  Blades ignora las 18 elecciones ganadas por el chavismo y el casi 60% de votantes que el PSUV obtuvo en las elecciones de diciembre que la derecha dijo que sería un plebiscito– y declara mayoría a los representantes de la vieja derecha derrocada por Pablo Pueblo, porque ese hombre –nos recordó Neruda–  despierta cada doscientos años, con Bolívar.

Me recuerdo a mí mismo, en los años setenta, en el antiguo apartamento de Silvio Rodríguez, con su puerta negra en la que había golpeado el mundo, descubriendo los primeros trabajos de Rubén Blades con la orquesta de Willy Colón. Nos encantábamos de encontrar una salsa patriótica, “La maleta”, aunque sabíamos que no eran ideas unánimes entre los latinoamericanos. Ninguna idea hondamente renovadora consigue apoyo unánime, al menos cuando aparece: el poder establecido –eso que los norteamericanos llaman stablishmenttiene muchos resortes, muchas maneras de “convencer”, de imponer sus intereses, y sabe que son pocos los que no ceden ante ellos.

Una cosa es cantar y otra vivir lo que se canta, y cantarlo en todas partes. Tengo vivo el recuerdo de ese extraordinario salsero que es Oscar D’Leòn, cantándole, en los años ochenta, a un público cubano que lo adoraba, que llenaba un coliseo de 15 mil localidades para escucharlo y cantar con él. Lo recuerdo feliz, arrojándose al suelo del aeropuerto de La Habana para besar la tierra de la isla al partir y, a las semanas, lo vi abjurando de su viaje a Cuba, cuando los magnates del disco en el Miami contrarrevolucionario, lo acusaron de comunista por cantar en La Habana, y amenazaron con cerrarle todas sus puertas, que eran también las más lucrativas de su realización como artista.

Oscar sabía que esa derecha, esa burguesía –y mucho menos el poder imperial que tenían detrás– no bromeaban: a Benny Moré, que era el mejor cantante de América Latina, la RCA Víctor no le grabó un disco más cuando decidió quedarse a vivir y a cantar en la Cuba revolucionaria.

Todo me lo explico, pero tengo la tristeza de que ya no podré escuchar a Rubén Blades como ese cantor de nuestra América que quiso ser. 


lunes, 24 de febrero de 2014

¿SOCIALISMO, CUÁL?

La existencia de una serie de gobiernos que podemos llamar "progresistas" o "de izquierda" o "populares, tal el caso de Dilma en Brasil, del Frente Amplio y Pepe Mujica en Uruguay, de Evo, de Rafael Correa, de Hugo Chávez-Nicolás Maduro, del FSLN en Nicaragua o del Frente Farabundo Martí en El Salvador, nos llevan a preguntarnos sobre viejas discusiones, que nos revisitan desde fines del Siglo XIX.

Desde más o menos mediados de ese siglo, frente un mundo en el cual el sistema capitalista se convertía en el modo de producción dominante, aparecían tres alternativas contrahegemónicas: el anarquismo, el socialismo y el comunismo.

El anarquismo, cuya propuesta ponía su eje en la disolución del estado, nunca logró generar movimientos sociales que permitieran gestar una sociedad como aquella que soñaban los ácratas. Sin embargo, la participación de los anarquistas en las luchas obreras, en la organización de sindicatos, ha sido una marca indeleble en nuestra sociedad contemporánea...

El socialismo, intentó utilizar las vías del parlamentarismo de las democracias burguesas, para producir mejoras en las vidas de los trabajadores. A ellos, en cierta medida, se debe la aprobación -en diversos países- de leyes como la jornada laboral de ocho horas, el sábado inglés, las vacaciones pagas, etc. A ellos, claro. pero también al hecho de que ceder antes estos reclamos, resultaba funcional a una estrategia de supervivencia del capitalismo: el Estado de Bienestar es decir, la puesta en práctica de las teorías de John Maynard Keynes. Hoy, los partidos socialistas han virado hacia la socialdemocracia y muchos lugares son apenas variables algo menos conservadoras que los partidos de derecha o centro-derecha. Solo basta ver como actúa el Partido Socialista de Francia o el PSOE en España.
Basta recordar la canción de Sabina "Cuervo ingenuo" (dedicada a Felipe González) que decía: "Tú tirar muchos millones, En comprar tonto aviones, Al otro gran presidente. En lugar de recortar, Loco gasto militar, Tú ser su mejor cliente.Tú mucho partido pero... ¿Es socialista, es obrero? ¿O es español solamente? Pues tampoco cien por cien. Si americano también. Gringo ser muy absorvente."


Para otro momento quedará considerar el comunismo...

En la Argentina, hay dos expresiones vinculadas al socialismo, que me interesa analizar. El Partido Socialista y la UCR.
Nacido hacia fines del siglo XIX, el Partido Socialista tuvo en sus filas a personalidades históricas como el primer diputado socialista de América Latina: Alfredo Palacios, a Juan B. Justo, primer traductor de la obra de Karl Marx "El Capital" al español y Alicia M. de Justo, una fundamental dirigente feminista. Pero hoy es presidido por Hermes Binner, quién no tuvo empacho en decir que el votaría a Capriles si fuera venezolano, cuando este candidato de la derecha, sostenido por Estados Unidos se enfrentó a Nicolás Maduro. 
Del otro lado la UCR, que durante el alfonsinismo (el de Ricardo Alfonsín padre) se incorporó a la Internacional Socialista. Claro, que esa organización ya poco o nada tenía de socialista.

Hoy Maduro y antes Hugo Chavez lideran o lideraron el Partido Socialista Unido de Venezuela, fundado en 2008 con la participación de 92.000 delegados de un millón doscientos mil afiliados. Una organización que se define claramente como antimperalista, y cuyo líder inicial, el Comandante Hugo Chavez Frías supo decir: "Váyanse al carajo yanquis de mierda, que aquí hay un pueblo digno."  No obstante, los "socialistas" argentinos apoyan a Capriles.

Claro que para nosotros eso no es nuevo. Cuando en 1946 surgía en Argentina una modalidad peculiar de estado de bienestar, a partir del liderazgo del entonces Coronel Perón, los socialistas marcharon en su contra, integrándose a la Unión Democrática organizada por el embajador norteamericano Braden. Lo que hubiéramos esperado es que Binner y sus amigos aprendieran algo de la historia, pero ahora como entonces, están donde Estados Unidos indica.



domingo, 23 de febrero de 2014

La adolorida Venezuela y una tarea

Artículo publicado en PAGINA 12 del domingo 23 de febrero

 Por Mempo Giardinelli
Mientras aquí se discuten aumentos salariales y nadie sabe si empezarán las clases ahora en marzo, y la oposición política ya hizo pública la amenaza de abandonar el Congreso la próxima semana –cuando la Presidenta pronuncie su informe anual del Estado de la Nación–, la hermana República Bolivariana de Venezuela se debate en un infierno que nos mira a los ojos.
No es una versión más de lo que cierta estupidez de moda aquí llama “grieta”, partición sólo verdadera en las esferas del poder y que no existe en las ciudadanías que trabajan decentemente todos los días y sólo quieren vivir en paz.
Lo que acaso permita entender la crisis que ha provocado la oposición en Venezuela –donde las instituciones republicanas parecen ser más débiles que aquí y donde la violencia también anida en los sectores más sumergidos y en los más poderosos, aunque por muy diferentes causas y razones, si es que hay “razones” para la violencia– es que allí emergieron una vez más los mismos viejos impulsos golpistas que son negados a diario –allá como aquí–, pero que saben echar leña al fuego de sociedades que estuvieron por muchos años cautivas mediáticamente, con clases medias enervadas y una demagogia feroz, incluida la de los opositores que acusan de demagogos a los gobiernos.
Esa película acá se conoce muy bien, pero lo adicionalmente grave es que ahora algunos quieren mostrar la tragedia venezolana como el anticipo de lo que supuestamente “se viene acá”. Y entonces hay que señalar claramente cuál es la cuestión de fondo, que es válida para Venezuela pero también para la Argentina: son los cambios económico-sociales de los últimos años –casi todo lo que va del siglo XXI– lo que se ha vuelto intolerable para los poderosos. Por eso sus “argumentos” son de enorme peso: cinismo perfecto; aplanadora mediática; absoluta falta de escrúpulos; completo desinterés por el destino de las grandes mayorías y los desheredados de la vida.
Venezuela es clave hoy porque en el fondo, para esos poderes, es inaceptable el freno a ciertas voracidades tradicionales; a la continuidad del rechazo al ALCA en 2005; a la aparición de millones de marginados que antes solamente se morían, pero ahora tienen acceso a educación, salud, vivienda y algunas posibilidades, y demandan más.
El poder del poder puede ser bestial, y lo están mostrando con la desestabilización de Venezuela. Más allá de cualquier torpeza, corruptela o mala gestión del chavismo, lo que está en juego es la enorme riqueza de ese país entrañable y un modelo democrático que venció en 18 de 19 elecciones. Por eso ciertos desatinados hablan de “dictadura”. Y por eso cuando el presidente Obama pide “restaurar la paz” y habla de “caos inaceptable en Venezuela” es válido sospechar que quizá se podría estar gestando –Dios no lo quiera ni permita– la conversión de Caracas en una Bagdad americana.
Por eso en la Argentina hay que rechazar de raíz el repudiable exabrupto del señor Luis D’Elía pidiendo el fusilamiento del sedicioso venezolano Leopoldo López. Semejante barbaridad no es más que otra cara de la misma moneda.
Lo cierto es que para el poder verdadero –el que anhela volver a dictar rumbos a una América latina que hace una década se salió del libreto neocolonial– es insoportable la Celac. Por eso los “asesores” de Washington son casi todos latinos de ultraderecha, particularmente cubanos, venezolanos, chilenos y colombianos todo servicio, personas capaces de llenarse las bocas con palabras democráticas pero dispuestas a cualquier acción violenta con tal de detener y revertir los procesos independentistas que se han producido, aunque tibios y apenas incipientes, en lo que José Martí bien llamó “Nuestra América”.
Basta ver y escuchar al desaforado, enardecido y gritón Leopoldo López para entender el grado de odio, rencor y furia que se ha desatado sobre Venezuela. Tenemos versiones argentinas de lo mismo. Por eso algunos discursos de la Presidenta los irritan tanto. Y por eso Maduro llamó ante todo a controlar la violencia: “Las órdenes son muy claras: mantener la paz, construir la paz, amansar a estos locos fascistas con la ley”.
De ahí que el apoyo argentino al gobierno venezolano, que es absoluto, es coherente. Porque lo que pasa en Venezuela puede pasar aquí y dondequiera. Aquí también la verdad se reclama todo el tiempo, aunque en realidad para nada interesa a los que tienen el poder, el verdadero poder, en sus manos. Aquí también critican la corrupción sin presentar pruebas y dejando pasar los miles de pequeños casos en que ellos mismos están o estuvieron involucrados. Como cuando en todos los ’90 y hasta 2003 en este país hacían silencio cómplice mientras sus economistas y lobbistas robaban a cuatro manos el patrimonio de los argentinos.
Lo más grave, sin embargo, lo alarmante es que ahora están mostrando ser capaces de una violencia que no necesitaron entonces. Y para ello cuentan con la necia complacencia de los que siguen y seguirán negando todo golpismo. Por eso al menos esta columna seguirá afirmando que el golpe está suspendido en el aire y sólo con buena gestión, más democracia y más paz se podrá neutralizarlo. Esa es la tarea cotidiana.

domingo, 16 de febrero de 2014

CIENCIA, TÉCNICA Y UNIVERSIDAD EN LA ARGENTINA, HOY

Recientemente el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, dió a conocer una importante noticia, acerca del aporte de científicos argentinos en relación al tratamiento del Cáncer.
Dice la crónica:

Un nuevo estudio de investigadores argentinos del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME-CONICET-FIBYME) promete cambiar el paradigma de los tratamientos contra el cáncer y contribuir con la comunidad científica en el camino hacia la cura de esta enfermedad. El mismo revela la naturaleza de uno de los mecanismos de resistencia tumoral de ciertos tipos de cáncer y cómo revertirla. La investigación fue publicada hoy en la prestigiosa revista científica Cell como artículo principal de la edición que lo incluyó en su portada. El anuncio fue realizado por el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Dr. Lino Barañao y el Dr. Gabriel Rabinovich, director del Laboratorio de Inmunopatología del IBYME junto a miembros de su equipo científico.
Al respecto, el titular de la cartera de Ciencia expresó que “es un hecho de relevancia cuya importancia ha sido destacada por la revista más importante de biología celular, como es la revista Cell” y agregó que “se trata de un aporte excepcional al conocimiento universal”. Además aseguró que “es un aporte muy importante, no solo para el sector científico sino para el país, porque muestra otra variable que hay que sumarle a la ciencia argentina que ha sido siempre muy eficiente pero está logrando ser eficaz”.  Para finalizar, Barañao manifestó que “esto ejemplifica el ideal de hacer ciencia básica inspirada en el uso porque impacta económica y socialmente en toda la comunidad”.   
Ante el clima desestabilizador que atraviesa nuestro país, fomentado por los grupos concentrados de la economía y su aliados -tanto políticos como mediáticos- es bueno comentar, porque tantos intelectuales, científicos y miembros de la comunidad universitaria, apoyamos el proyecto que encabeza nuestra Presidenta.
La creación de un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el mejoramiento presupuestario de la Agencia para la Promoción Científica y Tecnológica, un aumento cualitativo y cuantitativo del accionar del CONICET (más ingresos a la Carrera de Investigador, más becas, más de 1.000 científicos que trabajaban en el extranjero y volvieron al país, la creación de nuevos institutos, etc.), un aumento significativo del presupuesto universitario, la fundación de universidades, la  puesta en marcha de programas de becas para estudiar carreras prioritarias (tal el caso de las Ingenierías), el mejoramiento del salario docente universitario, la incorporación de las universidades públicas a la producción audiovisual -derivada de la aplicación de la Ley de Medios- son indicadores claros del compromiso de este gobierno con la ciencia, la técnica y la universidad.
¿Qué los salarios docentes universitarios podrían ser mejores? ¿Qué podría haber más becas? ¿qué algunas de las nuevas universidades creadas, se justifican más desde intereses de grupos políticos que desde las necesidades locales y regionales? ¿qué resulta importante una evaluación y eventual reforma de la Ley de Educación Superior? ¿que los sistemas de evaluación de proyectos e investigadores podrían mejorarse? ¿qué los incentivos para investigación de los docentes universitarios, no se están cobrando en tiempo y forma?
Si, son asignaturas pendientes. Pero sin duda, el balance es claramente favorable. ¿No les parece?


domingo, 9 de febrero de 2014

PARA SABER CÓMO ES LA SOLEDAD

“Para saber cómo es la soledad,
Tendrás que ver que a tu lado no está”

El 8 de febrero de 2012, yo estaba en España y al abrir la notebook, me encontré con la noticia. El Flaco Spinetta ya no estaba con nosotros… Y fue en el intercambio de correos con amigos, facebook y otras yerbas que entendí como éramos muchos que sentíamos que  “La soledad es un amigo que no está, es su palabra que no ha de llegar igual.”

Si se me permite, voy a relatar una pequeña historia de militancia, música y algo de fútbol. 1973, campaña electoral ¡Cámpora al Gobierno, Perón al poder! Cancha de Argentinos, en La Paternal. Acto de la Juventud. De un lado, adustos militantes que mirábamos con cara de orto a los que integraban otras organizaciones (¡El peronismo y su compulsión a las internas duras y hasta sangrientas!). Y en una tribuna, un grupo de jóvenes rockeros, cantaban: -¡Los faloperos del general, traemos yerba del Paraguay!- .
Claro que a los "otros" (tan pulcros, tan....) también nos gustaban mucho algunas bandas de rock (Almendra, Manal, Los Gatos), pero como el rock se asociaba –desde esa óptica de rígida militancia- con una cierta idea de falta de compromiso político, cantábamos las canciones en la intimidad, porque en las peñas de las "orgas" solo había lugar para el folklore.
Escuchábamos los discos. Recuerdo hacer pasado cientos de veces el primer disco de Almendra (Sí, ese del dibujo del propio Spinetta, que representa a un hombre caricaturizado -el "hombre de la tapa"- con una remera rosa que dice "Almendra" y un gorro a rayas rosadas y blancas, que está llorando y tiene una flecha de juguete adherida a la cabeza) en el Winco familiar.
Íbamos a algunos recitales. Recuerdo uno, en un club de barrio en Buenos Aires, donde –como era usual en los bailes- Almendra “alternaba” con una orquesta de tango (la “típica” como se la llamaba entonces).

Y sí, como bien supo escribir Luis “Toda la vida tiene música hoy, todas las cosas tienen, música del sol de los hombres. Todas las cosas tienen música hoy, todos los hombres tienen música, del sol de la calle.” Hasta las cuasi-religiosas reuniones de la militancia tenían música.
Porque la música es vida y toda la vida tiene música ¿No Flaco?  Y por eso, escuchando “Durazno sangrando” me doy cuenta que aunque la soledad sea un amigo que no está, vos estás Flaco, en la música ¿dónde, si no?

domingo, 2 de febrero de 2014













INFORME DE SITUACIÓN 
(Reflexiones políticas en un tórrido verano)

¡Deben ser los gorilas, deben ser!
Las cosas en la Argentina se presentan complicadas. En los últimos meses, y tratando de sacar tajada a la enfermedad y operación de Cristina (CFK) los grupos concentrados de la economía y ciertos sectores que les resultan funcionales (como los gremialistas Moyano y Barrionuevo), apelando a una de sus herramientas más potentes (los medios de comunicación), tratan de instalar que el gobierno argentino está agotado y que días más o días menos, CFK estará renunciando en un escenario caótico, casi parecido a cuando De la Rúa huyó de la Casa Rosada en helicóptero.
En los años 50, un programa cómico radial ("La revista dislocada") tenía un sketch en el que se cantaba ¡Deben ser los gorilas, deben ser, que andarán por ahí! 
Nos enseña la inefable wikipedia que: Gorila es un epíteto o término proveniente de la política interna argentina, usado históricamente para referirse de manera despectiva o peyorativa a los detractores del peronismo (en particular, los de los dos primeros gobiernos del general Juan Domingo Perón, entre 1946 y 1955). Con el paso de los años, la expresión se ha ido extendiendo en mayor o menor medida a otros países deAmérica Latina, como sinónimo de “reaccionario de derecha”.

Verano de 2014
¡Deben ser los gorilas, deben ser! como Massa, como Biolcatti, como Carrió, como Sanz y también Bullrich (Patricia y Esteban), Macri (Mauricio, porque Franco es de La Cámpora), Puerta, Magnetto, Alfonsín (Jr.), Stolbizer, Sturzenegger, Cavallo, Menem, Morales Solá, Longobardi, Feinmann (NO José Pablo, el otro), Marcelo Bonelli y siguen las firmas.

En los momentos en que me asaltan dudas sobre como posicionarme en política, me hago esta pregunta: ¿A quién benefician ciertos modos de resolverse la cuestión en debate? (retenciones a las exportaciones, no implementación de la Ley de Medios, fracaso de la AUH o ahora del Programa Progresar, juicios por violaciones a los DDHH, etc. etc.) Y una vez que identifico los "beneficiarios" es más fácil darse cuenta que no quiero estar cerca de Biolcatti de la Sociedad Rural, de la Mesa de Enlace, de Macri (hijo), de Cecilia Pando, de Menem, de Cavallo o De la Rúa, de los traficantes de paco, de los que quieren privatizar la educación y la salud pública, pero TAMPOCO de los que hablan por izquierda y cobran por derecha (estén dentro o fuera del gobierno) ¿no? y los que dicen "La patria es el otro" y dejan mucho que desear.

...creo que el gran déficit del kirchnerismo ha sido la distribución de la riqueza y pienso que esto es así, porque un gobierno que se autocalificó (Néstor dixit) de "neokeynesiano" tiene un claro límite ideológico y político concreto. Pero... ¿qué tenemos hoy frente a nosotros, en términos de opciones políticas? ¿Massa, Macri, Carrió, Sanz, Morales, Alfonsín?

Néstor y Cristina nunca prometieron la revolución socialista. Aunque, me gustaría que en este contexto se pudiera profundizar un modelo distributivo un poco más justo. Y también que se pudieran aclarar ciertas cuestiones oscuras que rayan en la corrupción. Creo que una linea interesante, sería hacer crecer la políticas sociales que apuntan a generar empleo -y que las hay (fábricas recuperadas, microcréditos, cooperativas, etc.)- e ir reduciendo las políticas asistenciales, en las que los pobres y marginados se convierten en subsidiados de estado. Pero, eso significa renunciar al potencial de clientelismo político que generan las políticas asistenciales.¡Algo que, sin duda, ayuda a ganar elecciones!


Tengo claro que apoyar a CFK y su gobierno no significa querer ser compañero de ruta de Lázaro Báez, Milani, Cristóbal López, Aníbal Fernández o Gerardo Martínez, surge la pregunta central: ¿quién podrá suceder a Cristina? ¿Scioli, Rossi, Randazzo, Filmus, Sabatella, Aníbal Fernández, Abal Medina, Zaffaroni, Capitanich, Urribarri? ¿cuál de ellos garantiza alguna continuidad con respecto a CFK (aún con todo lo que a ella le criticamos) y otros -que como Sabatella- podrían garantizar esa direccción ¿están en condiciones de posicionarse como candidatos para derrotar a la derecha? Entonces -como decía El Chavo- ¿quién podrá ayudarnos? Quizás Franco Macri, que ahora es militante de La Cámpora, Ja,ja,ja..

¿Es lo que hay?
Pero... ¿qué tenemos hoy frente a nosotros, en términos de opciones políticas? No soy un pragmático, no me convence el "es lo que hay." Del otro lado, cientos de ME GUSTA por el gobierno: la AUH, Conectar Igualdad, derechos humanos, fin de las "relaciones carnales", apuesta a la unidad latinoamericana, leyes sobre matrimonio igualitario, parto humanizado, identidad de género... mayor presupuesto educativo, notable aumento del presupuesto universitario, impresionante incremento de becas y cargos de investigador en el CONICET, Canal Encuentro, Paka Paka, INCAA TV... Ley de Medios Audiovisuales, retenciones a las exportaciones, patada en el culo a la Sociedad Rural y siguen las firmas. Y todo con la imagen del Flaco ordenando que se baje el retrato de Videla, bingo...

La pregunta es ¿cómo ayudar a CFK, para que en las elecciones 2015 el nuevo presidente no sea un gorila explícito (como Macri), un gorila-peronizado no K (como Massa) o un gorila nacional y popular como Scioli?
Reflexiones en una cálida mañana de domingo....

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