De ajustes, represión, cacerolas y mala leche…
El 16 de junio de 1955 se produce un bombardeo sobre la Plaza de mayo, en Buenos Aires, después que se produjera un
intento de golpe de estado contra el gobierno encabezado por Juan Domingo Perón, en el transcurso del cual, aviones rebeldes arrojaron bombas , ocasionando más de 308 muertos y alrededor de 800 heridos.
Esa noche, el pueblo peronista enardecido,
produjo una quema de iglesias en el centro de la ciudad. Sin duda, los obispos y sacerdotes
que calificaron a esa gente como de hereje, hoy serían más amigos de Ratzinger
que de Leonardo Boff. Y en los setenta lo hubieran sido del cura represor Von
Wernich y no del padre Mugica. Sin embargo, Benedicto XVI quiere volver a los
partidarios de Lefevre una prelatura similar al Opus Dei, retornando al Obispo
Williamson –que niega el holocausto, y por ello fue retirado de Argentina, a
pedido del gobierno- a ejercer en plenitud.
Hay que estar atento, porque a pesar de que estamos en
democracia y el gobierno defiende a pleno los derechos humanos, el asesino del
maestro Fuentealba camina por las calles de Zapala, por “un error
administrativo” –según el encargado de la unidad penintencial responsable de su
detención.
El economista rebelde Manfred Max Neef, nos muestra que
en 2008, con lo invertido para salvar a los bancos por parte de la unión
concertada de seis bancos centrales (USA, UE, Canadá, Japón, Gran Bretaña y
Suiza), a lo que se sumó un subsidio aprobado por el congreso de los Estados
Unidos y luego otro más, se hubiera podido terminar con el hambre en el mundo,
durante 600 años, según datos de la FAO (organización de Naciones Unidas, para
la agricultura y la alimentación). Pero eso no se detiene. Hace muy poco el Gobierno
Español aprobó un apoyo financiero al Bankia (el cuarto banco en importancia de
España), realizando terribles recortes en salud, educación y políticas
sociales. Es decir, que son más importantes los bancos que la gente. Esos mismos
bancos, que salvó Cavallo en Argentina,
con el corralito. Y que no tuvieron la sensibilidad de devolverle el dinero, ni
siquiera a muchos ancianos que habían ahorrado para tener una vejez en paz.
Pero el FMI, en su
revisión de la economía española, le da consejos a Rajoy para que “aumente los ingresos con una subida del IVA y de los
impuestos especiales, y contemple futuros recortes de salarios públicos" –nos
informa Tiempo Argentino.
Quizás deberían escuchar al Premio Nobel de economía
2011. Que se siente avergonzado cuando en su país –USA- se hacen
recomendaciones a España y otros países, para salir de la crisis, cuando –afirma-
tienen iguales problemas que esos países.
Mañana los griegos van a votar, y optarán por seguir
sumergidos a las órdenes del FMI y de Angela Merkel o intentarán salir de yugo,
siguiendo al líder de Syriza, Alexis Tsipras, quién
“…responsabiliza a socialistas y conservadores del nepotismo que ha llevado al
país al borde de la catástrofe. En su opinión, no se puede salvar a Grecia con
un programa de recortes que ahogó a la economía y convirtió en desempleado a
uno de cada dos jóvenes.” (Takis Tsafos).
En Paraguay, mientras tanto, el Presidente Lugo
destituyó a un importante aliado político, el
ministro del Interior, Carlos Filizzola y al comandante de la Policía, Paulino
Rojas, tras el sangriento enfrentamiento entre policías y campesinos en una
hacienda del noreste del país. Las viejas fuerzas del régimen stronista,
en la patria de Gaspar Rodríguez de Francia, están casi intactas como algunos
bolsones de la represión, en nuestro país.
Según
Infonews, la Argentina, ocupa el puesto
17 de un ranking mundial de la felicidad. Ese estudio mide la esperanza de vida al
nacer, el bienestar autopercibido y la huella ecológica, que indica el impacto
ambiental de la actividad humana. Costa Rica encabeza la tabla. Otros países
americanos también están bien arriba. Pero la medición resulta algo sospechosa,
cuando la tan golpeada por la violencia Colombia, está en tercer lugar.
Tal vez no haga falta este ranking,
para darnos cuenta que vivimos en un país bien diferente, al que los que “cacerolean”
pidiendo libertad para comprar dólares, dicen es una “dictadura similar a Cuba
o Venezuela.” Lo bueno es que ahora solo pueden golpear cacerolas y antes,
golpeaban gobiernos populares.
Con una visión latina, e internacional. La supuesta crisis, no es también el anuncio del fracaso del capitalismo? Desafortunadamente no de los capitalistas, que serían los que deberían irse primero. Fracasa como sistema, pero no como proyecto de los capitalistas para su propio provecho, sobre las espaldas, y la pobreza de los demás. Este es el mundo al que nos conducen. Gracias Pablo Daniel Vain por tu reflexión
ResponderEliminar